martes, 30 de agosto de 2011

La casa

I.
Pensé ver la curva pero el fin de la curva
  solo era patio, maleza muerta.

Fue un viaje perverso
cuyo fondo abrió
a los campos de la infancia,
 la familia extinta,
               sangre de mi sangre.

No hubo pradera ni caballos trotando,
solo mi casa en la cumbre de un cerro.

Contornos donde creí  ver, usurpando,
la Recoleta frágil, oscuro invierno.


II.
Extranjero nocturno, allí está la puerta. 

La casa se esfuma con sus habitantes,
Los habitantes que miran lo que no existe.
Manos que no tocan ni sienten.
Se va la casa, la casa que no existe
más que en mi memoria,
  escondrijo de madre, escondrijo de hijo.

Allí está la puerta, repites.
  Volverás pronto, repites.



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