Constrúyeme una vida secreta
Y seré solo y todo para ti
Consérvame como un escapulario
En el centro de la mamita santa
Llévame a tu trueno azul por las noches
Deste invierno agrio
Me escabullo pero ténme y cógeme
De las manos y ya.
Para no sentirme más.
Amigo mío, esta nueva madrugada de insomnio me doy un paseo por su palabra ciberpoética y reitero mis elogios que nada tienen de zalamería, si no que gratitud por el amor que profesas a las palabras. En ese solo gesto hay una fineza e inteligencia que le retrata a usted de cuerpo entero. Salud! a su nombre.-
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